Nanotecnología y alimentación:

¿lucha contra el hambre, mejores alimentos o más negocios globalizados?


Como siempre, vamos corriendo desde atrás. Los “nanoalimentos” ya están entre nosotros.

El “principio precautorio” nos indica que debemos desconfiar de la forma en que se aplicarán estos tremendos avances tecnológicos, y qué consecuencias traerán aparejadas.

Así como la “revolución verde” –que prometía “alimentos buenos y baratos para todos”- se transformó en el gran negocio de los OGM y la inusitada concentración del poderío económico en pocas empresas transnacionales. Patentamiento de semillas, apropiación de la biodiversidad, agronegocios, agrotóxicos, expulsión de campesinos y tierra para producir combustibles. Todo a partir de un engaño orquestado desde su origen.


¿Podemos creer que los resultados de la modificación “atómica” serán mejores que los obtenidos con la manipulación “genética” de las semillas?

Si vemos cuáles son las empresas –y la estrategia de silencio adoptada por ellas- que invierten en desarrollo nanotecnológico en el “mercado de la alimentación”, más que preocuparnos, tendremos que ocuparnos del tema.

En consecuencia, debemos tener presentes tres principios básicos:

1) Las nuevas tecnologías, por si solas, no resuelven las viejas injusticias.

2) En las relaciones capitalistas, el objetivo del desarrollo tecnológico es el lucro y no la satisfacción de las necesidades de la gente.

3) Cualquier tecnología nueva que se introduzca en una sociedad que no sea esencialmente justa, tenderá a agravar la diferencia entre ricos y pobres.


jueves, 28 de enero de 2010

El impacto de la nanobiotecnología en la alimentación y la agricultura

15/01/2010.- El grupo ETC ha editado un extraordinario trabajo de los potenciales peligros de la Nanotecnologia en su aplicación en la producción y transformación de alimentos.

Parece ser que ya no hay límites en la creación de nuevas formas de vida, nunca concebidas en la evolución natural.

Las técnicas transgénicas han servido y sirven para jugar a Frankenstein, enlazando por ejemplo genes de rata con genes de lechuga, o genes de salmón con genes de fresa, pero la Nanotecnologia ya permite a un nivel atómico, enlazar materia viva vegetal, animal o humana, con materia muerta o inerte.

La ficción de Terminator, mitad robot, mitad carne humana, ya es posible en la pequeña o atómica dimensión.

Pensar que algunos alimentos, cosméticos, medicamentos o pesticidas ya se están produciendo con esta tecnología y vendiendo impunemente, utilizando al conjunto de la Humanidad una vez más, como una inmensa cobaya, sin saber a lo que se expone y sin su consentimiento.

Este hecho en si tendría que ser considerado un delito contra la salud pública y perseguible de oficio por nuestra querida y ciega “Justicia”. Pero no nos hagamos ilusiones y confiemos solo en nuestras propias fuerzas para denunciar estos hechos hasta que por pura vergüenza se vean obligados a actuar, políticos, fiscales y jueces.En los enlaces que a continuación adjunto, pueden encontrar una información extraordinaria con la que no van a quedar indiferente

El Grupo ETC llevaba tiemppo trabajando sobre este tema.

En enero de 2003 hicieron una gran aproximación al asunto explicando bien qué es y cuales son sus potenciales usos, los buenos y, claro, como corresponde a una organización crítica con las aplicaciones tecnológicas cuyo debate social no se ha proucido, los malos. Ese informe lo titularon La inmensidad de lo mínimo.

En junio de 2005 desarrollaron lo que bien podría ser un resumen del anterior, con una edición más gráfica y explicaciones al alcance de un público mayor. Se llama Manual de bolsillo en tecnologías nanoescalares… y la “Teoría del little bang”.

Previamente, en noviembre de 2004 había publicado el informe La invasión invisible del campo: El impacto de las tecnologías nanoscópicas en la alimentación y la agricultura. Este trabajo analiza y adelanta las posibles consecuencias de estas tecnologías en su aplicación en la producción y transformación de alimentos. Parece ser que ya no hay límites en la creación de nuevos modos de vida, nunca concebidos en la evolución natural.

Las técnicas transgénicas o de biotecnología han servido y sirven para jugar a Frankenstein, enlazando por ejemplo genes de diferentes especies con los posibles y cada vez más documentados efectos nocivos en nuestra salud y la del medioambiente (que no deja de ser lo mismo) que ello puede provocar. Pero la nanotecnología va un paso más lejos y las instituciones y grandes corporaciones que la impulsan intentarán conseguir con ella la buena imagen que no han conseguido con los productos y alimentos transgénicos.

Uno de los párrafos que pueden encontrarse en este último informe reza así:

En un artículo reciente de la revista Nature Materials, una investigadora del Cavendish Laboratory de la Universidad de Cambridge urgió a sus colegas en la investigación de materiales a que consideraran la agricultura como “una fuente de insumos alimenticios con una composición esencialmente incontrolable”, pero “con una rica y diversa categoría de materiales”, muchos de ellos “compuestos nano estructurados, donde el auto ensamblaje juega un papel crucial”. Athene Donald apunta que la variabilidad de estos insumos, característica inevitable de todos los productos naturales debida a las diferencias regionales en suelo, clima y modos de cultivo, produce ingredientes “no confiables” que los nanotecnólogos podrán uniformar más, hacerlos más estables e incluso más nutritivos. Reconociendo que, al menos en Europa, “la ciencia perdió ante la emoción” en el debate de los organismos genéticamente modificados, la autora abriga grandes esperanzas de que la nanotecnología “mejore la materia prima” de modo que sea aceptable para el público.

Algunos alimentos, cosméticos, medicamentos o pesticidas ya se están produciendo con esta tecnología y vendiendo, utilizando al conjunto de la Humanidad una vez más como una inmensa cobaya, sin saber a lo que se expone y sin su consentimiento. Insisto. No ha habido un debate abierto sobre la misma.

Para saber más:

Fuentes: Miguel Jara -migueljara.com - Josep Pamies Blog

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