Nanotecnología y alimentación:

¿lucha contra el hambre, mejores alimentos o más negocios globalizados?


Como siempre, vamos corriendo desde atrás. Los “nanoalimentos” ya están entre nosotros.

El “principio precautorio” nos indica que debemos desconfiar de la forma en que se aplicarán estos tremendos avances tecnológicos, y qué consecuencias traerán aparejadas.

Así como la “revolución verde” –que prometía “alimentos buenos y baratos para todos”- se transformó en el gran negocio de los OGM y la inusitada concentración del poderío económico en pocas empresas transnacionales. Patentamiento de semillas, apropiación de la biodiversidad, agronegocios, agrotóxicos, expulsión de campesinos y tierra para producir combustibles. Todo a partir de un engaño orquestado desde su origen.


¿Podemos creer que los resultados de la modificación “atómica” serán mejores que los obtenidos con la manipulación “genética” de las semillas?

Si vemos cuáles son las empresas –y la estrategia de silencio adoptada por ellas- que invierten en desarrollo nanotecnológico en el “mercado de la alimentación”, más que preocuparnos, tendremos que ocuparnos del tema.

En consecuencia, debemos tener presentes tres principios básicos:

1) Las nuevas tecnologías, por si solas, no resuelven las viejas injusticias.

2) En las relaciones capitalistas, el objetivo del desarrollo tecnológico es el lucro y no la satisfacción de las necesidades de la gente.

3) Cualquier tecnología nueva que se introduzca en una sociedad que no sea esencialmente justa, tenderá a agravar la diferencia entre ricos y pobres.


sábado, 24 de marzo de 2012

Problemas en la salud debidos a la nanotecnología


La Real Academia Española de Letras define a la nanotecnología como la ‘Tecnología de los materiales y de las estructuras en la que el orden de magnitud se mide en nanómetros, con aplicación a la física, la química y la biología’.
Y un nanómetro es ‘una medida de longitud que equivale a la milmillonésima parte del metro’.
En otras palabras, la nanotecnología opera y y manipula las estructuras moleculares y sus átomos, fabricando materiales y máquinas a partir del reordenamiento de átomos y moléculas.
Y la manipulación de la materia a esta escala hace que la misma reordenada presente características absolutamente no conocidas, por lo que en la práctica se están creado materiales y aparatos totalmente nuevos, muchos de los cuales se producen con muy bajos costos.
Fue el Premio Nobel de Física Richard Feynman quien ya en 1959 habló sobre esta cuestión indicando que si las computadoras trabajaran con átomo individuales se podrían alcanzar velocidades operativas impensadas en el momento.
En los últimos 20 años la nanotecnología ha tenido un gran impulso divulgativo y con importantes presupuestos gubernamentales y privados en investigaciones y productos que ya se están comercializando con más de 500 patentes registradas, incluyendo -por ejemplo- compuestos y materiales para su uso en alimentos, pesticidas, cosméticos, protectores solares, ropa resistente a las manchas, pinturas y recubrimientos automotrices, artículos deportivos y cámaras digitales.
Se esperan muy importantes avances en farmacia y agroquímicos (fármacos sumamente específicos que seleccionan con precisión las células a atacar), medicina (muy pequeños instrumentos que entran en el cuerpo para controlar determinadas células malignas), tecnología de materiales (mejores materiales con menos peso), informática (equipos más veloces), etc.
Todas esta maravillas y muchas otras que se conocerán un futuro próximo atento a que se trata de una disciplina de desarrollo muy reciente, tienen ya su contrapartida: lananotoxicología. Que, como fácilmente indica su nombre, es el estudio de la toxicidad que apareja el uso de las nanopartículas.
O sea que no todo es tan perfecto y ya hay investigadores que están esperando problemas serios. Valga por ejemplo esta revisión realizada por tres autores cubanos:
Por Tamara Forbe (1), Mario García (1) y Eric González (2)
(1) Pharmacy and Food Institute, University of Havana, Av. 23, 21425, CP 13600, Havana, Cuba.
(2) Higher Polytechnic Institute José A. Echeverría, Havana, Cuba
Publicado en el Journal Ciência e Tecnologia de Alimentos, Brasil, vol.31 no.4, Oct.//Dic. 2011
Los autores indican que las nanopartículas pueden ser causa de toxicidad en el ser humano a partir de que las nanoestructuras han demostrado tener propiedades electrónicas, ópticas y magnéticas que están relacionados con sus dimensiones físicas no cumpliendo con las leyes conocidas de la física, por lo que la descomposición de estas nanoestructuras podría conducir a un efecto único tóxico que es difícil de predecir. En consecuencia, realizan una enumeración de los posibles problemas a la salud que se estarían esperando.
Concluyendo que: A pesar de los conocimientos científicos adquiridos en los últimos años en nanotoxicología, los científicos no han sido capaces de prever con precisión el comportamiento y la biocinética de las nanopartículas.
De la lectura del artículo se desprende claramente que al igual que lo ocurrido con los Organismos Genéticamente Modificados, todo cuerpo produce una sombra, y no está mal que ya haya gente advirtiendo de los posibles problemas. A los efectos que los mismos investigadores que patentan novedades y los organismos gubernamentales de control estén muy alertas y no haya sorpresas desagradables y tardías de solucionar.

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